Procesión de la Cofradía del Ecce Homo

Miércoles 31 de Marzo

La climatología de la tarde del miércoles santo no invitaba a mucho optimismo, una fuerte tormenta descargo a lo largo de varias horas sobre Fuentesaúco, sin embargo al igual que el viernes 26 y el martes 30, la lluvia se retiró para permitirnos disfrutar de nuestra Semana Santa.

A las nueve de la noche dio comienzo la celebración religiosa, encabezados por la vara de la cofradía, los hermanos del Ecce Homo ocuparon los bancos del lado de la epístola en la Iglesia de San Juan.

El paso aparecía engalanado con un exquisito exorno floral en tonos blancos y morados que alfombraba el busto del Ecce Homo. La iluminación del rostro del Ecce Homo fomentaba la gran expresividad de la talla del siglo XVII.

Pasadas las nueve y media de la noche la Cruz Parroquial de San Juan traspasaba la portada plateresca, desfilando en dos filas los cofrades fueron iluminando la Plaza de San Juan con sus hachas eléctricas, entre el cortejo las dos insignias de la cofradía el estandarte y la vara con el rostro labrado en plata del titular.

Unos minutos después el paso procesional cruzo lentamente el arco de San Juan  antes de incorporarse a una plaza en donde lo esperaban sus cofrades y numerosos vecinos que acudieron a acompañar la procesión. La procesión del Ecce Homo estrenó acompañamiento musical, la Agrupación Musical Charrabanda tocó escogidas marchas durante el desarrollo de la procesión.

La procesión recorrió la calle derecha con gran silencio por parte de los asistentes, disfrutando de bellas imágenes al contemplar el rostro afligido y suplicante del Ecce Homo caminando al ritmo de las melodías. En el centro de la Plaza Mayor, se detuvo la procesión para realizar un acto de reflexión sobre el misterio de la presentación de Jesús al pueblo judío.

El momento más bello tuvo lugar al final de la procesión, unos metros antes de abandonar la calle Derecha rumbo a San Juan, la Charrabanda inició los primeros compases de La Saeta, el Ecce Homo entró así al ritmo de la Saeta en la Plaza de San Juan por donde avanzó meciéndose al ritmo de esta pieza. La estampa resultaba emocionante al ver avanzar entre las hachas de sus cofrades con paso firme al Cristo de la mirada al cielo, al Rey de Reyes que alza la mirada ante las burlas de los soldados, al son de la adaptación a marcha procesional de la versión de Serrat de la Saeta de Antonio Machado.

Ante los últimos sones de la Saeta y con público y cofrades en riguroso silencio el paso regreso a su templo, de nuevo con la mirada en lo alto, hacía la cúpula de San Juan, esperando la tarde del Jueves Santo, donde de nuevo recorrerá Fuentesaúco para que todos digan Éste es el Hombre.

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